Una mujer acusada de adulterio es condenada a vivir junto con su bastarda hija a las afueras de la ciudad, cargando por siempre con la marca de su pecado. La historia intenta develar la identidad del padre, mientras que Hester se rehusa a hablar y trata vivir con dignidad en una sociedad hipócrita.
Está enmarcada en la puritana Nueva Inglaterra de principios del siglo XVII, cuenta la historia de una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en su pecho una letra «A», de adúltera, que la obligará a vivir marcada entre una sociedad injusta e hipócrita.