Han pasado casi 400 años, pero cuando se tratan temas universales y se utiliza el lenguaje con la maestría de un genio la obra está simplemente destinada a perdurar por siempre. Este libro no hay que leerlo, hay que disfrutarlo.
Se abre a diversas lectura, la más evidente es la importancia de la libertad y de la educación. Segismundo se ve enfrascado entre la oposición y dualidad entre albedrío y predestinación, realidad y sueño. Fantástico para iniciarte en lectura de teatro.