Mis expectativas con Lisbeth Salander eran muy altas y en ese aspecto me ha defraudado, aparte de que el estilo de Lagerkranz no tiene nada que ver con Larson. Lo leí porque quiero leer también el siguiente aunque por mi los tres primeros son los mejores.
El autor intenta seguir la saga de Stieg Larsson, pero no lo consigue. La historia no tiene la fuerza que su creador le daba. No obstante es entretenida, pero sin más.