Cuando mi hermanastro, Elec, vino a vivir con nosotros en mi último año, no estaba preparada para cuán idiota sería.
Odiaba que lo tomara conmigo porque no quería estar aquí.
Odiaba que trajera a las chicas de nuestra escuela a su habitación.
Pero lo que más odiaba, era la forma en que lo deseaba.