El lugar es precioso, tiene 14 habitaciones, un pequeño restaurante entre los viñedos de las Rías Baixas y con una estupenda piscina. Para empezar bien la estancia la ofrecerá una visita a una bodega de vino albariño con degustación.
Es un lugar para desconectar.
Un sitio precioso, muy bien de precio, la comida de buenísima calidad, todo delicioso y una atención increíble! Recomendadisimo!!!