Tras participar en una sesión de espiritismo, la joven Laura comienza a comportarse de manera extraña. Alarmados, sus padres piden ayuda al padre Olmedo, uno de los pocos exorcistas autorizados por el Vaticano para intervenir en casos de posesiones demoníacas.
Creo que tenían una idea que no pudieron comunicar, ya que no se entiende muy bien el propósito, la idea es interesante pero la edición hace que se sienta que no tiene sentido, hay cosas importantes que suceden para después hacer que nunca pasaron.