A pocos meses de las olimpiadas de Barcelona 92, la selección española de waterpolo tiene todos los números para pasar sin pena ni gloria. No están preparados y necesitan un golpe de efecto si no quieren hacer el ridículo jugando en su propia casa. Ese revulsivo llega en forma de nuevo entrenador con fama de duro y técnicas de trabajo más que cuestionables. Por si fuera poco, la selección cuenta con dos líderes enfrentados por su manera de entender este deporte: Manel Estiarte y Pedro García Aguado. Pero gracias a un esfuerzo sobrehumano, al trabajo en equipo y al apoyo de todo un país, demostrarán al mundo entero que se puede llegar más allá de donde nunca imaginaron.
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