El futuro. En la ciudad de Shit City, el gobierno se quiere hacer con el monopolio de la última fuente de energía: los excrementos. Las autoridades se encargan de racionar tan preciada materia, cosa que no sienta bien a más de un adicto. Una tropa de bebés fuera de la ley, un cyborg policía y sobretodo los antihéroes Aachi y Ssipak son los protagonistas de esta irreverente fábula futurista.
En un futuro donde la energía se hace de materia fecal, el gobierno recompensa la defecación con "juicybars". Los estafadores de poco tiempo tratan de enriquecerse mientras se defienden de la banda de pañales mutada.