Enrique VIII de Inglaterra (1509-1547), casado con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, se encapricha de Ana Bolena, una dama de la Corte, y decide casarse con ella. Pero, como el Papa no accede a concederle el divorcio, rompe con la Iglesia de Roma y crea la Iglesia Anglicana (Acta de Supremacía de 1534), convirtiéndose así en la suprema autoridad eclesiástica de Inglaterra. Años después, el rey acusa a Ana de alta traición y ordena que sea ejecutada.
A unos días de morir la reina Ana Bolena hace un recuerdo de su vida a partir del momento en que conoció a Enrique VIII y recuerda su vida en 1000 días, que fueron los que le dieron desdicha, amor y que también la pusieron frenten a la muerte.