Kale está confinado bajo arrestro domiciliario tras pegar a su profesor. Como la casa se le echa encima, se convierte en un mirón que vigila todos los movimientos en su vecindario. Tras observar varias veces que hay invitados que entran pero nunca llegan a salir de la casa de su vecino Robert Turner, Kale empieza a sospechar que quizás se trate de un asesino en serie.
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