Mario y Olivia se enamoran locamente. Una tarde, planteándose que toda relación se acaba, terminan rompiendo. Durante la gran bronca, Miamor, el gato callejero adoptado por ambos y que sólo atiende si le hablan en valenciano, se escapa y desaparece, como el amor que los unía. Durante un tiempo Olivia dará por muerto al amor y al minino, mientras Mario lo mantiene con vida a escondidas. Como el gato de Schrödinger, el amor entre los dos permanece vivo y muerto al mismo tiempo hasta que, un buen día en el que parece haber resucitado definitivamente, Olivia se siente víctima de un engaño y decide declararle a Mario la guerra, una en la que, como en el amor que aún respira, todo puede valer.
Mario y Olivia se conocen y se enamoran instantáneamente sin embargo, con el tiempo, se separan. En medio del dolor, el gato de ambos escapa y con él desaparece el amor.
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