Una virulenta radiografía del lumpen de la España de la transición, dirigida por Eloy de la Iglesia, un cineasta muy activo en esos días y cuyo cine tocó, casi siempre de forma provocativa, temas peliagudos como la delincuencia, el terrorismo, la droga y los problemas generacionales.
José Manuel Gómez Perales, alias El Jaro, vive solo en Madrid sin más compañía que la de su banda y sus navajas. Un día conoce a Toñi, una adolescente drogadicta de la que se enamora y por la que está dispuesto a hacer cualquier cosa.