El activista Bayard Rustin hace frente al racismo y la homofobia mientras ayuda a cambiar la historia de los derechos civiles organizando la Marcha de Washington de 1963.
Es una película que debería verse en el colegio, para enseñar respeto y tolerancia a las diferencias étnicas, de preferencia sexual y demás. Me encantó y la producción ejecutiva de los Obama logró resultados excepcionales.