Tras la muerte de la Reina Isabel la Católica en 1504, se vivieron tiempos difíciles y de mucha incertidumbre porque tuvo lugar la lucha de poder entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso cuya principal víctima fue Juana la Loca, legítima heredera.
La muerte de Isabel la Católica provoca una lucha por el poder entre Fernando II y Felipe I, que conspira para apartar del trono a su esposa Juana, la legítima heredera.
Tras la muerte de la Reina Isabel la Católica en 1504, se vivieron tiempos difíciles y de mucha incertidumbre porque tuvo lugar la lucha de poder entre Fernando el Católico y Felipe el Hermoso cuya principal víctima fue Juana la Loca, legítima heredera.