É um filme visualmente rico e tátil com efeitos sonoros e cinematográficos incríveis, metáforas de fácil entendimento, enfim, eu gostei de ver.
Lo que iba a ser un remake de una película de Jess Franco y la celebración del onanismo artie más puro, terminó dando un par de vueltas en la cabeza de un cineasta imprescindible que ofrece una de sus películas más elegantes y sutiles. Menuda paradoja. Más que el softcore que buscaban en un inicio.